miércoles, 27 de noviembre de 2013

La semilla

El día que nos conocimos
plantamos la semilla.
Ya sabes que la vida es como una
veloz carrera de obstáculos,
una lucha constante con la entropía.
Aun así, contra todo pronóstico,
le hicimos un huequito.
Tú en el corazón, yo en la mente.
Fabricamos toda la energía
con miradas, besos
y demás generadores.
Renovable, sin residuos.
A dosis pequeñas, sin pausa,
sin prisas.
Pero, como dos tontos ciegos
enamorados
enaflorados
no consideramos el factor incertidumbre
que también tiene la vida.
Y a ti, no sé.
Pero a mí me creció una margarita.

Y desde entonces

te quiero, no te quiero… 

jueves, 6 de junio de 2013

Un sueño

Soñé con ser el viento.
El que delinea suavemente los límites
(con la única excepción de las sonrisas)
El que vapulea en lo alto los árboles
como despojándose de antigüedades
como queriendo alcanzar el sol y nunca
nunca, nunca, nunca... el que renueva
el que remueve.

Y cuando era brisa arrulladora
apareciste
y te vi y te rocé y eras tú
eras tú, el que no existe.
Porque en los sueños
cualquier cosa puede ser y no ser.
Igual que en la vida.

Y yo, ya aire travieso, casi galerna
te recorrí ampliamente
de un lado a todos
y sin orden de registro.
Te respiré, o tú a mí, qué mas da eso
y eras tan de carne y de exactitudes
que resultó ser una mentira adorable.

Entonces todo comenzó a volverse etéreo y  quebradizo
         las mariposas perdían el rumbo, tú te deshacías
                     y yo solo podía hacerme remolino
                              corriente, vendaval, tifón
                                      furioso torbellino
                                            un huracán
                                                     ...

Me desperté
Las 10:45
Madrid: lloviendo

jueves, 16 de mayo de 2013


Llegaste
como rompen las olas en la orilla
trayendo esa inevitable inmensidad
que te persigue.

Tem..blé..

y en un intento por saltar
aquel mar de dudas
te encerraste en caracolas.  

lunes, 4 de febrero de 2013


¿No veis que se os caen las palabras
y van dejando un reguero
de ilusiones desteñidas?
Nos habéis robado los colores
y ahora solo soñamos con ceniza.

Ceniza de las cosas que se acaban.

Nos habéis robado la esperanza.
¿Sabéis?
Porque la esperanza es verde.

Y el rojo pasión
y la inmensidad del azul
y el blanco inmaculado.
Que no os extrañe si ya no brilla el sol.

Dejad de hablar como si llovieran frases
para después evaporarse.
La palabra es más fuerte que una metralleta.
Y los sueños son nuestra libertad.

No lo olvidéis:

si no nos dejáis soñar
no os dejaremos dormir.