domingo, 28 de septiembre de 2014

La palabra escondida

Érase una escritora que soñaba
con escribir el más hermoso verso
cuando al aire una palabra lanzaba.

(Paralelamente en el universo
en el que solo habita lo improbable
y el truco no se esconde en el reverso)

Cayó en las manos de un mago adorable:
“¡Espera! ¡viento! ¡no huyas todavía!
¿de quién es este término inefable?”
que casi sin querer se descubría
como la esencia que lo explica todo,
como una inexplicable melodía.

Quería el mago saber de algún modo
si a golpe de varita o de chistera
hallaba explicación en un recodo
o si encerraba el cielo una manera
de perseguir la estela que derrama
aquello que es brillante o que es quimera.

Impaciente por destapar la trama
mudó la apariencia de la palabra
a todos los colores de su gama

gélida, muda, transparente, glabra
indecible, fugaz, aniquilada

Nada-              -quedó a la voz de abracadabra.

Ante su desconcertada mirada
retazos del paisaje comenzaron
a ver su existencia difuminada.
El sol y las estrellas se apagaron
su piel lentamente se deshacía
y todos los relojes se pararon.

Entonces el mago lo comprendía
¡todo su mundo era una falsedad!
producto de una ajena fantasía.
Pues solamente existe una verdad:
que no es posible poder distinguir
qué es un sueño y qué es la realidad.

Una palabra.
¿Cuál es?

viernes, 30 de mayo de 2014

Insomnio

El insomnio era esto.
La espera des-esperada
de un amor precipitándose
al fondo.
Silencio. Silencio.
Y las dudas gritándole
al alma.
¿Cuánto tiempo hay entre sueño y sueño?
¿Cuánto cuesta quitarse los miedos?
En monedas, digo.
O en miradas cruzadas una noche
cualquiera.
Póngame unas alas para llevar, por favor,
y un par de rodilleras que amortigüen
el golpe.
Que quiero soñar que vuelo
alto, lejos, donde nadie, donde todo.
Y así, cuando despierte
habrán florecido los geranios de mi balcón
y los peces sabrán a nubes
y en las nubes se oirán violines.
Y yo lo llamaré:
el día en que la primavera vino para quedarse.
Pero qué digo, ¡no!
Las lágrimas son demasiado saladas
para regar las flores,
incluso para regar los peces.
Y cada vez quedan menos cumpleaños
para pedir deseos.
Cada vez más voces susurrando:
atrévete, atrévete, atrev…atr….a…

Yo ya no sé si es delirio o duermevela
o el tamborilear desordenado
de la soledad
quien me desvela. 

martes, 8 de abril de 2014

Uni-Verso

Desde un punto a esta parte: el universo
¿Cabría Dios en un punto?- De vista-  
¿Sería un matemático, un artista
o un jugador satírico y perverso?

Desde un punto a un arsenal diverso:
ríos, venas, estrellas, amatistas
melodías, nubes, virus, genistas. 
Fractales que caben dentro de un verso.

El tiempo es como un misterio intangible
que a veces rompe, ensucia, desordena
y otras vuelve el proceso irreversible. 

Y sea como fuere, la condena
es percibir tan solo lo sensible,
que más que una sentencia es una pena.

martes, 7 de enero de 2014

¡Estate quieto!
                           -gritó

¿Cómo estar quieto
dentro de este autobús
en un planeta que rota
sobre su propio eje
que se traslada
alrededor del sol
en un sistema
que se mueve
helicoidalmente
en torno al núcleo
galáctico
en una galaxia
que se aleja
por el espacio-tiempo?
                                           -pensó


Y acto seguido, cayó al suelo. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

La semilla

El día que nos conocimos
plantamos la semilla.
Ya sabes que la vida es como una
veloz carrera de obstáculos,
una lucha constante con la entropía.
Aun así, contra todo pronóstico,
le hicimos un huequito.
Tú en el corazón, yo en la mente.
Fabricamos toda la energía
con miradas, besos
y demás generadores.
Renovable, sin residuos.
A dosis pequeñas, sin pausa,
sin prisas.
Pero, como dos tontos ciegos
enamorados
enaflorados
no consideramos el factor incertidumbre
que también tiene la vida.
Y a ti, no sé.
Pero a mí me creció una margarita.

Y desde entonces

te quiero, no te quiero… 

jueves, 6 de junio de 2013

Un sueño

Soñé con ser el viento.
El que delinea suavemente los límites
(con la única excepción de las sonrisas)
El que vapulea en lo alto los árboles
como despojándose de antigüedades
como queriendo alcanzar el sol y nunca
nunca, nunca, nunca... el que renueva
el que remueve.

Y cuando era brisa arrulladora
apareciste
y te vi y te rocé y eras tú
eras tú, el que no existe.
Porque en los sueños
cualquier cosa puede ser y no ser.
Igual que en la vida.

Y yo, ya aire travieso, casi galerna
te recorrí ampliamente
de un lado a todos
y sin orden de registro.
Te respiré, o tú a mí, qué mas da eso
y eras tan de carne y de exactitudes
que resultó ser una mentira adorable.

Entonces todo comenzó a volverse etéreo y  quebradizo
         las mariposas perdían el rumbo, tú te deshacías
                     y yo solo podía hacerme remolino
                              corriente, vendaval, tifón
                                      furioso torbellino
                                            un huracán
                                                     ...

Me desperté
Las 10:45
Madrid: lloviendo